Están constituidas por paramentos rígidos, generalmente de hormigón armado (bombeado o proyectado), dotados de tirantes anclados en el terreno, responsables de combatir los empujes activos (o en reposo). Estos tirantes, hechos con monobarras de acero especial o cables de acero de baja relajación, son pretensados, empujando el paramento rígido contra el terreno, garantizando la estabilidad del talud y evitando movimientos de masa indeseables.
Técnica empleada para la estabilización de laderas naturales y taludes. Su principal mecanismo estabilizador es la restricción de las deformaciones del macizo. A diferencia de los anclajes, los pernos no tienen tramo libre y se definen como elementos pasivos, ya que son solicitados solo cuando hay una tendencia de movimiento de masa, y generalmente no son pretensados. Su paramento puede estar constituido por malla metálica de alta resistencia o concreto proyectado. El suelo anclado puede, incluso, no tener ningún paramento en la cara del talud.
Responsable de dirigir el agua pluvial hacia los cursos de agua. Esta correcta dirección impide una infiltración excesiva del agua de lluvia, lo que podría perjudicar la estabilidad del macizo. Además, el correcto dimensionamiento de la red de drenaje evita que ocurran erosiones en los taludes, las cuales podrían transformarse en deslizamientos superficiales, cárcavas, etc.
Son barreras flexibles que tienen como objetivo la contención o desaceleración de bloques de roca. Esta solución se aplica cuando estabilizar los bloques de roca de manera generalizada se vuelve económicamente inviable. Las barreras dinámicas se dimensionan por energía y deben ser capaces, a través del roce generado en sus componentes, de absorber la energía cinética del movimiento de caída de los bloques de roca.
Son barreras flexibles que tienen como objetivo la contención o desaceleración del flujo de escombros. El flujo de escombros ocurre cuando el movimiento de masa comienza a comportarse de manera fluida. Posee una energía muy grande, y su potencial destructivo es igualmente poderoso. De esta manera, es común que en intervenciones con Barreras de Flujos de Escombros se instale más de una barrera, para que todas en conjunto logren disipar la energía del flujo de manera consistente.
Las contenciones en túneles son responsables de contener posibles desprendimientos de bloques de roca (en el caso de túneles rocosos). En la explotación de minas subterráneas, el principal tipo de movimiento de masa que se contempla con estas soluciones es el **rockburst**, que se refiere a una repentina “explosión” de la roca sana, lo que provoca el desprendimiento de la masa de roca con una gran liberación de energía. En túneles ferroviarios o viales, la utilización de malla de alta resistencia anclada previene la caída de bloques en la vía permanente, evitando el descarrilamiento en túneles, considerado uno de los peores tipos de accidentes ferroviarios.
La limpieza del talud es importante, ya que permite identificar posibles patologías, que con una capa de vegetación superficial no son visibles, como grietas, erosiones, etc. Además, para el monitoreo de algunos taludes mediante prismas, por ejemplo, es necesario realizar la limpieza del talud para que sea posible apuntar el equipo topográfico al instrumento en cuestión. Esta limpieza puede realizarse de manera manual, mecanizada o controlada de forma remota, dependiendo de la complejidad del acceso al lugar y de la condición de estabilidad del talud y/o presa.
Consiste en la instalación de dispositivos en lugares previamente seleccionados, que miden diversas magnitudes relevantes para la estabilidad de un determinado macizo, tales como presiones de poros, deformaciones, nivel de agua, etc. Los instrumentos más utilizados son los piezómetros, indicadores de nivel de agua, inclinómetros, marcadores superficiales, prismas topográficos, **crack meter**, pines de asentamiento. Otros instrumentos también pueden ser instalados para la verificación de un parámetro específico del lugar. Esta instrumentación puede medirse in situ o de forma remota.
Los drenes sub-horizontales profundos son responsables de mantener el nivel freático bajo, evitando un aumento no deseado del nivel de agua en el macizo. Estos elementos deben dimensionarse de acuerdo con estudios hidrogeológicos y pluviométricos específicos de cada lugar, y su instalación debe permitir que el agua sea dirigida fuera del macizo, mejorando así el factor de seguridad de la estructura.